La salud mental es igual de importante que la salud física.
La investigación nos dice que ambos están inextricablemente ligados en seres humanos de todas las edades. En niños y adolescentes, los factores estresantes pueden afectar al desarrollo, el crecimiento y el aprendizaje.
- Las experiencias adversas en la infancia (ECA) se relacionan sistemáticamente con resultados negativos para la salud física y psicológica. Desde problemas de comportamiento y dificultades cognitivas, hasta una mayor probabilidad de diagnóstico de salud mental - los niños están en riesgo.
- La adversidad prolongada también implica cambios irreversibles en los sistemas neuroquímicos (Perry, 1994).
- En última instancia, se observan alteraciones en los sistemas neuroendocrino e inmunológico (Oral et al., 2016), por ejemplo, la sobrecarga de cortisol tras la activación del HPA al principio, que luego es seguida por la falta de cortisol.