Obtenga información sobre el desarrollo de su hijo y elabore una hoja de ruta para ayudarle a alcanzar el éxito. No hay lista de espera:

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a suavizar una transición escolar accidentada?

Si su hijo lo está pasando mal tras un cambio de centro o de colegio, ayúdele a facilitar la transición con estos consejos:

  • Dibuja y publica una rutina matutina visual y una lista de comprobación que incluya la preparación para la escuela.
  • Crea una despedida especial: una nota positiva, un tentempié especial o incluso un gesto cuando salgan por la puerta. 
  • Planifica un recreo o una salida que les haga ilusión 
  • Dedica tiempo después de clase a hablar sobre el día; ponle un nombre adecuado a la edad (por ejemplo, momentos con conejitos o dragones).

Ver las señales de las preocupaciones escolares

Los niños de todas las edades expresan su preocupación por los cambios a través de su comportamiento y sus acciones, ya sea al empezar un nuevo colegio, al subir de curso o al cambiar de personal.

Estas preocupaciones pueden manifestarse en síntomas físicos como dolores de cabeza, de estómago o de sueño. También pueden aparecer nuevos comportamientos o cambios de temperamento.

Detectar e intervenir para ayudar a la salud mental de un niño le preparará para aprender y crecer en la escuela.

¿Qué hacer?

Es importante ayudar a su hijo a saber y creer:
  • Todos sus sentimientos son reales y válidos
  • Está bien hablar de lo que pasa
  • Estás ahí para ayudarles a superarlo
Intenta que lo haga un niño:
  • Nombra el sentimiento: triste, preocupación, enfado, miedo, sueño, confusión...
  • Nombra la fuente o el punto de partida: puede tratarse de personas (personal o compañeros), lugares (autobús, patio de recreo, aula) o cosas (sonidos, iluminación, asientos). 
  • Piensa en formas de planificar esos momentos en los que las cosas se ponen difíciles. 
Por ejemplo, si se preocupan:
  • Perderse en un edificio nuevo: imprime un mapa o pide uno a la escuela y haz un plano visual que puedan llevar a diario.
  • Separarse de ti: guarda una nota en un bolsillo, rocía su muñeca con tu perfume.
    • Nota de nuestro equipo: uno de los padres envió a un niño al colegio con una palabra clave, "espagueti", que podía susurrar en voz baja para recordarle que le apoyaba. A otro niño le conmovió el personaje de un libro y cada mañana, al subir al autobús, el cuidador le susurraba una palabra de apoyo de "Chester". 
  • Tener que sentarse solo en la cafetería o no encontrar amigos: sé curioso y pregúntales qué han intentado o en qué les ha resultado difícil; tal vez puedas ayudar a resolver el problema o pedir al personal del colegio que apoye un plan.

Los siguientes consejos pueden ayudar a aumentar el éxito y reducir el estrés de la transición a una escuela en otoño o después de pausas más largas: 

  • Una o dos semanas antes de ir al colegio, cambia lentamente la hora de acostarse en incrementos de 15 minutos hasta llegar a la hora ideal de acostarse para ir al colegio. Madrugar puede ser duro después de un verano en el que se ha dormido hasta tarde o se ha trasnochado. Los niños pueden afrontar mejor el estrés y los cambios cuando están bien descansados.
  • Prepara el material escolar con antelación y deja que tu hijo te ayude con los preparativos adecuados a su edad, ya sea etiquetando o preparando la mochila. Aprovecha el tiempo para hablar de sus sentimientos respecto al colegio.
  • Participe en los actos, conferencias y visitas patrocinados por la escuela para familiarizarse con el personal y los espacios, de modo que pueda apoyar a su hijo.
  • Antes de que empiecen las clases, visita el centro e identifica las aulas, el gimnasio, la cafetería, la enfermería y otros espacios para aliviar el miedo y elaborar un plan.
  • Si su hijo está especialmente ansioso por el primer día, pregúntele si puede organizar un contacto directo con el personal la primera mañana. Esto podría minimizar las "incógnitas".
  • Si su hijo va a pasar de un nivel escolar a otro (de primaria a secundaria o de secundaria a bachillerato), ayúdele a prepararse hablando de las cosas que pueden ser diferentes: espacios, personas, deberes, taquillas, cambio de aula o tener más de un profesor.
  • Cuando empiecen las clases, hable con su hijo sobre su día para saber qué le va bien y qué le cuesta. Utilice preguntas abiertas como "Cuéntame lo más emocionante que has hecho hoy" en lugar de "¿Qué tal te ha ido el día?".
  • Muestre interés por lo que su hijo está aprendiendo en el aula y sea una caja de resonancia mientras realiza las tareas escolares y entabla nuevas amistades. 
  • Si a su hijo le cuesta hacer nuevos amigos, considere la posibilidad de inscribirlo en actividades extraescolares, que pueden ayudarle a liberar tensiones, reforzar la confianza en sí mismo y conocer a otras personas. Pregunte también al personal del colegio si conocen algún grupo comunitario de habilidades sociales.
  • Si lo que le preocupa es el desarrollo social, emocional o conductual, hable con los profesores y orientadores escolares de su hijo sobre lo que están viendo. Juntos pueden crear un plan para atender a su hijo donde se encuentre con apoyo educativo, terapia u otros apoyos. Los niños que reciben una intervención temprana tienen más probabilidades de seguir por el buen camino en la escuela y en la vida.